TAPACHULA.- Así como en todas las localidades de importancia para el país, las fuerzas castrenses pertenecientes a la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) y de la Secretaría de Marina Armada de México (SEMAR) fueron las designadas para vigilar el Grito de Dolores y para encabezar el desfile cívico-militar del 16 de septiembre.
En Tapachula grupos del Ejército Mexicano comisionados a la 36ª Zona Militar y del 4º Regimiento de Caballería Motorizado junto con marinos de la XVI Zona Naval; hicieron un despliegue de todas sus fuerzas frente a un templete en el que se ubicaron las autoridades de los tres órdenes de gobierno.
La Sedena partico con tres jefes, 108 elementos de tropa, 410 soldados del Servicio Nacional Militar, entre ellas 10 mujeres voluntarias, 14 unidades, 25 vehículos y cuatro estaciones de radio; mientras que la Semar lo haría con un jefe, 32 oficiales, 257 clase de marinería, 21 vehículos oficiales y 2 cuatrimontos.
Ahí ambas instituciones castrenses mostraron parte de su equipo y armamento que cuentan para el combate a la delincuencia organizada y la vigilancia de la seguridad nacional en la frontera sur.
Fue desde una tanqueta instalada frente al templete del presídium que estaba encabezado por el comandante de la 36ª. Zona Militar, Gilberto Landeros Briseño, que se informó de que todo ocurrió con tranquilidad, aunque los participantes fueron varios miles de personas, principalmente estudiantes.
Junto a ellos más de cinco mil alumnos de una veintena de instituciones educativas, el Cuerpo de Bomberos de Tapachula, el Pentatlón Militarizado y un grupo de charros, tuvieron participación en el desfile que concluyó, también sin novedad.
El refuerzo de seguridad permitió que las celebraciones mexicanas concluyeran con un reporte de “saldo blanco” de las autoridades locales.
En Tapachula grupos del Ejército Mexicano comisionados a la 36ª Zona Militar y del 4º Regimiento de Caballería Motorizado junto con marinos de la XVI Zona Naval; hicieron un despliegue de todas sus fuerzas frente a un templete en el que se ubicaron las autoridades de los tres órdenes de gobierno.
La Sedena partico con tres jefes, 108 elementos de tropa, 410 soldados del Servicio Nacional Militar, entre ellas 10 mujeres voluntarias, 14 unidades, 25 vehículos y cuatro estaciones de radio; mientras que la Semar lo haría con un jefe, 32 oficiales, 257 clase de marinería, 21 vehículos oficiales y 2 cuatrimontos.
Ahí ambas instituciones castrenses mostraron parte de su equipo y armamento que cuentan para el combate a la delincuencia organizada y la vigilancia de la seguridad nacional en la frontera sur.
Fue desde una tanqueta instalada frente al templete del presídium que estaba encabezado por el comandante de la 36ª. Zona Militar, Gilberto Landeros Briseño, que se informó de que todo ocurrió con tranquilidad, aunque los participantes fueron varios miles de personas, principalmente estudiantes.
Junto a ellos más de cinco mil alumnos de una veintena de instituciones educativas, el Cuerpo de Bomberos de Tapachula, el Pentatlón Militarizado y un grupo de charros, tuvieron participación en el desfile que concluyó, también sin novedad.
El refuerzo de seguridad permitió que las celebraciones mexicanas concluyeran con un reporte de “saldo blanco” de las autoridades locales.
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